CARMONA (SEVILLA) Y EL DIOS EOLO

Si hay un enemigo temible para los ciclistas, a la par, o puede que incluso peor que los puertos, ese es el viento lateral, o como se le llama en el Argot ciclista, LOS ABANICOS.

La carrera presentaba un perfil llano, con un final en subida, dividido en dos repechos, con un segundo de un Km. aprox. de distancia con rampas duras que se presumía el Juez de la carrera, pero esto era sobre el papel.

El día estaba gris, con amenaza de lluvia constante y con viento, MUCHO VIENTO.
Las carreteras por las que discurría la carrera eran eternas llanuras, con largas rectas, salpicadas de pequeños desniveles, nada que frenara el paso firme y constante del viento, nada donde resguardarse y esconderse de su castigo.

Con estas premisas, la crónica de la inminente batalla estaba cantada, CUNETA señores, nos espera mucha CUNETA.

Se salio desde el principio con ataques, buscando cortes, escapadas y a un ritmo muy rápido.

Los primeros Km. el viento era de culo y se rodó a una media altísima, pero en cuanto comenzamos a cambiar de dirección y el viento empezó a darnos de Costado, primero de Izquierdas a derechas y mas delante de derechas a izquierdas, COMENZO LA PESADILLA.

Para darle un toque mas “Épico” la lluvia hizo acto de presencia, a ratos leve y durante algunos minutos de forma intensa, lo que daba aun más tensión a la carrera.

Se empezó la verdadera batalla sobre el Km. 40 Aprox., allí se empezó a cerrar cuneta y comenzaron las miserias y como no, LAS CAIDAS, esperadas en días como estos.

Yo comencé esos primeros Km. rodando delante, saliendo a cortes y dejándome “Algunos, bastantes, euros” que luego echaría en falta.

Cuando se desataron los primeros cerramientos de cuneta, me pillo bastante atrás y me costo muchísimo avanzar posiciones.

La gente se iba cortando y remontar por el lado que te daba el viento, para coger de nuevo la rueda del que le precedía, era un esfuerzo carísimo, además de que, cuando lograbas pegarte a su rueda, ya no había cuneta y aunque a su rueda, seguías “Comiéndote” mucho viento.

El pelotón iba estiradísimo, del puesto 20 Aprox. para atrás en fila de a uno.

A estas alturas comenzaron las primeras caídas, el esfuerzo que se va haciendo (Uno ya no calcula ni razona igual), el viento que te mueve, la carretera que se acaba, que ya no hay sitio, que tu luchas por conservar tu posición, que otro lucha por entrar en el primer cm que vea libre, todo ello tiene un resultado cantado, CAIDA.
Solo tiene una variante, TE CAES SOLO, O TE LLEVAS UNOS CUANTOS CONTIGO.

Yo fui remontando posiciones, muy poquito a poco, con muchísimo esfuerzo, vi muchas caídas, escuche detrás mía otras tantas, vi salir por la cuneta a unos cuantos y durante muchos Km., pase un calvario, físico por el esfuerzo y Psicológico por la tensión.

Sobre el Km. 60 aprox. (no llevaba cuenta Km.) logre llegar a la cabeza del pelotón, me pareció llegar al paraíso, ufff....., que diferencia con los latigazos de mitad del pelotón para atrás y con la fila de a uno que allí se sufre constantemente.

Pero llegue en el momento Juez de la carrera.

En ese instante una larga recta se extendía delante nuestra, el viento de derechas a izquierdas y unos cuantos “Aguerridos Soldados” decidieron romper la carrera.

Se cerró nuevamente cuneta, pero esta vez con todo y con el viento, “el Dios Eolo”, soplando con justicia severa.

Yo, que acababa de llegar a la cabeza y empezaba a respirar un poco y a comer algo, me impidió recuperar, aunque solo fuera un poco.
Me había dejado muchas fuerzas durante muchos Km. para entrar en la parte delantera y no estar en zona de peligro de cortarse.

Durante unos escasos 5 o 10 Km. la carrera ardió, se pusieron las cartas sobre la mesa y se repartieron los billetes de los diferentes vagones del tren.

Yo, aunque cuando empezó el baile, estaba en la pista central, ya no tenía las piernas para pasodobles, como muchos otros, apreté “Un huevo contra otro”, cogí la rueda del que me precedía y a rezar que no se corte, pues como lo hiciera ya no tenía reservas para rebasarlo y volver a enganchar.

En mi caso, el que me precedía no se corto, pero si algunos delante de el, el pelotón se fracciono en varios abanicos y a mi me toco el tercer vagón del tren.

Aunque unos Km. más adelante nos juntamos con el segundo y con algunos que nos cogieron por detrás, formando el Pelotón perseguidor, de apenas unos 50 corredores.

La escabechina estaba hecha, el que no había entrado aquí, difícilmente lo haría ya, lo mismo que el que no había pillado el abanico delante nuestra, se resignaba a que los primeros puestos estaban ya adjudicados.

Lejos de calmarse la cosa en nuestro pelotón, se continúo rapidísimo, y en mi caso y el de mi equipo nos toco tirar del carro.

Nuestros corredores más en forma se habían quedado cortados por salidas de carretera y había que intentar recortar distancias (Finalmente fue en balde, el carro ya se había marchado, las distancias eran demasiados amplias y las fuerzas muy justas).

Yo apenas pude dar 4 relevos (Iba muerto), en cuando daba mi relevo, la fila que me precedía no me dejaba entrar y perdía 15 o 20 posiciones y claro, no lograba remontar para llegar a cabeza y continuar relevando y cuando lo hacía llegaba tan fundido que mi relevo era ridículo.

Con todo, las pocas fuerza que me quedaban me llevaron hasta el pie del repecho final de carrera, cortándome continuamente con otros corredores y volviendo a entrar entre coches, un calvario que se me hizo eterno.

En la subida, ya no me quedaban pedaladas para derrochar, con lo que, piñones para arriba y coronar lo más dignamente posible.

Acabe, y hace tiempo que a esta palabra no le daba el valor que se merece, ACABE.

De los pocos que lo hicimos dentro del control, (Al parecer, se decía en meta, que lo hicimos solo unos 50 corredores), con el pelotón perseguidor de la escapada principal y con la alegría, de NO haber sido una de las múltiples victimas de las innumerables caídas.

Entre los afectados de estas, se encontraban 2 amigos cercanos míos, por una parte Ortiz (Mariscos Castellar) al cual pillo una montonera y freno una carrera que le estaba saliendo muy bien y se adaptaba con su final, muy bien a sus características y gustos, por fortuna la caída se quedo en “Chapa y Pintura”.

Por la otra, mi amigo y compañero de trabajo “Samuel”, al cual, otra caída, le corto una carrera en la que estaba teniendo nuevamente buenas sensaciones, pero a diferencia de Ortiz, su caída se saldo con un “Fuerte golpe en el Brazo Izquierdo”, sin fractura, a falta de que le realicen más pruebas, para confirmar y certificar las consecuencias, DESDE AQUÍ te envío todos mis ANIMOS, estoy seguro que lejos de desmoralizarte te crecerás y con los buenos resultados y sensaciones que has tenido hasta la fecha, volverás pronto y con más energía y rabia que nunca, TE ESPERO AMIGO.

Por mi parte, al día siguiente, cuando estoy escribiendo estas líneas, aun estoy fundido.

La carrera me ha exprimido y durante esta semana no apretare prácticamente nada, pensando que este próximo fin de semana tengo 2 citas importantes y bonitas.

Por una parte, Churriana, carrera al lado de casa, con 2 particularidades, primero es una carrera en circuito y es selectivo, con un repecho corto pero duro y segundo, se corre por la tarde y mi manga saldrá aprox. sobre las 6 o 7 de la tarde lo cual pensando en que al día siguiente tenemos carrera en Sevilla en Dos Hermanas, por la mañana y es Copa Andalucía, le da a esta próximo fin de semana, un “Augurio” de mucho desgaste, por lo que mi decisión es llegar fresco y con ganas de bici.

En fin Amigos/as, una batalla más, un recuerdo más para el saco y con la vista puesta en la próxima….

Saldremos Victoriosos,,,,, Seguramente NO, pero me lo voy a pasar de miedo, SEGURO.

Un Saludo.