EL DÍA QUE CAMBIO MI VIDA.

Todos tenemos un día, un comienzo, un principio, un lugar que nos marca de una u otra forma, todos tenemos en algún momento, un punto de inflexión en nuestras vidas, una decisión, una onda en nuestro mundo que comienza y guía nuestro camino.

En este caso me quiero referir a un comienzo “Deportivo”.

A los que nos apasiona este deporte nos llama la atención cuando leemos las entrevistas a los Grandes ciclistas de cómo fueron sus comienzos.
Nos deleitamos con sus anécdotas de juventud, nos trasladamos y nos comparamos a muchos de ellos por sus similitudes con nuestras propias experiencias, con nuestros propios recuerdos.

Mis recuerdos no creo que difieran de la mayor parte de todos vosotros, ni creo que tengan nada de especial más allá de que como todos “Los llevo muy grabados en mi corazón”.

Sobre el año 1994 yo era un joven más que pasaba la mayor parte del tiempo detrás de las niñas, estudiando más bien poco y sin muchas miras por el futuro, a pesar de que ya estaba en una edad de empezar a plantearme cosas, 18 añitos.

Un día cuando pasaba con mi mejor amigo (Mosquera), por una calle cerca de nuestra casa, vimos un local en obras y los dos nos miramos y nos dijimos (¡¡¡Joder!!! sería la caña que abrieran una tienda de bicis aquí verdad).

Yo aun no practicaba ciclismo, de hecho ni tenía bicicleta por entonces, pero ya era un deporte que me apasionaba, lo seguía por la televisión y admiraba a esos deportistas “Flacuchos” y sus gestas deportivas.

Casualidades de la vida, eso era precisamente lo que estaban montando en aquel local, ¡¡¡A escasos 800 metros de mi casa!!!

La tienda se llama “CICLOS VEIGA” en Lugo, que es donde yo nací y allí sigue a día de hoy.

Así que un buen día comenzamos a ir, no a comprar si no a curiosear, conocimos a sus dueños y “MI VIDA CAMBIO PARA SIEMPRE”.

Manolo y José (cacaito para los amigos) son dos hermanos que llevan la tienda, cuando los conocí ya no competían pero lo habían hecho en categorías inferiores y a muy buen nivel, sus historias, sus anécdotas y su amistad me cautivaron y enamoraron definitivamente de este deporte, además de fundir una amistad entre nosotros, que aunque hoy en día por la distancia este separada, perdurara para siempre.

Ellos salían casi a diario a entrenar y de vez en cuando iban a algunas marchas cicloturistas.

Yo aun no me podía permitir, ni mis padres, el adquirir una bicicleta, de carreras como yo la quería, por lo que uno de los hermanos “Manolo” me preparo y me dejo temporalmente una vieja suya que tenía con la que había competido de juveniles y aficionado hacia mucho tiempo, un cuadro “Reynolds” de color azul con rástrales y con los cambios en el cuadro.

Ufff… para que me habré subido en aquella bicicleta, era un “Hierro” ya para lo que había entonces, ya no digamos con lo que hay ahora, pero el primer día que salí con ella, volví a casa como si hubiera hecho la etapa de Alpe D`huez y la hubiera terminado.

Definitivamente había encontrado algo que me llenaba, que me hacia inmensamente feliz, no me importaba nada mientras iba encima de ella, los problemas o las preocupaciones que podía tener se disipaban cuando iba pedaleando, razonaba mejor, veía las cosas desde otro punto de vista, soñaba, mi imaginación alcanzaba limites inalcanzables en cualquier otro lugar o circunstancia…..

Estaba yo, la carretera, el horizonte y un sin fin de nuevos caminos que se abrían ante mi.
Por entonces ni pensaba en competir, el simple hecho de salir, he ir a recorrer Km., a conocer lugares que estaban lejos de las calles por las que andaba cada día, el mero hecho de subir aquel repecho o subida que una vez vi al pasar con mi padre en el coche, esa era la aventura, ese era el reto.

Llego el día, en que mis padres con mucho esfuerzo, me compraron mi primera bicicleta de “carreras”, ya me habían comprado de pequeño las típicas de “Cross” o de “Paseo” pero esta vez la inversión era cara, quería una bicicleta para poder andar casi todos los días por lo que no podían comprarme algo barato que a los 3 días se estuviera rompiendo o dando problemas.
Así que me hicieron el regalo “material” más grande de mi vida, Un cuadro de carbono, de los primeros que se empezaron a ver, de la marca Italiana “Alan – Supercarbonio”, con racores de aluminio, montada en Shimano 600, con pedales automáticos, que costo 300.000 mil pesetas de las de entonces…. Aun no se cuanto tiempo estuvo pagando la bici mi padre al banco (ni a día de hoy me lo quiere decir).

La primera noche durmió en mi cuarto, al lado de mi cama y al abrir los ojos por la mañana ni me creía que no lo hubiera soñado.

A partir de ese día salía casi a diario a rodar, a conocer lugares, a evadirme, a soñar….. A veces salía solo y otras con los hermanos veiga o algunos de la Grupeta que entonces había en Lugo de la cual he puesto una foto al pie de este Blog, “Fotos del Pasado”

En el verano de 1994, los hermanos veiga nos animaron a que fuéramos a una marcha cicloturista que iba a celebrarse en Asturias, yo no sabia ni que era una marcha cicloturista, pero solo oír hablar de los paisajes y los puertos que había que hacer, lo rápido que subían algunos, lo duro que era, la comida después de la marcha, etc.… Encendieron en mi la bombilla de la curiosidad y fue la experiencia “Deportiva” que acabo de engancharme definitivamente y para la posteridad al ciclismo.

En aquella marcha recuerdo con especial cariño dos sensaciones, una la del sentido del olfato, ese olor a crema calentadora (los que practicamos ciclismo saben a que me refiero, ese olor despierta creo en todos muchos sentimientos) y la segunda la de verme rodeado por primera vez de ciclistas, seriamos unos 100 u 120, la mayor parte veteranos de entre 30 y 60 años, yo tenia 18 añitos y ver a aquellos ya curtidos ciclistas, algunos de ellos con una piernas de profesionales que metían hasta miedo, me hacia sentir como si estuviera en “una etapa Reina del Tour”.

En aquella marcha además viví mi primer “Tramo Libre” mi primera experiencia de llamémosle competición con otros ciclistas (que no fueran mis amigos), una subida a un Puerto de unos 9 km. duro “Terreno Asturiano”, allí viví mis primeras sensaciones de “Me quiero morir, donde coño acaba esto y joderrrr como van estos viejos” resumiendo un poco mis pensamientos, jejejejeje.

Recuerdo que hice el 12º en la subida y me lleno de orgullo no el puesto si no “El peazo puerto que me he subido y a menuda ostia”.

Volví a casa con un orgullo que no me cogía en el pecho, me sentí como si hubiera coronado un 8000 y estuviera mirando el mundo desde allí arriba.

El año 1995 fui con mi mejor amigo “Mosquera”, con los hermanos “Veiga” y varios amigos de la grupeta a muchas Marchas Cicloturistas, por toda Galicia y por Asturias.

Es el año que recuerdo con más cariño, por cuanto vivimos, lugares nuevos he increíblemente bellos en sus paisajes, mis primeras experiencias en cuanto a desfallecimientos “Pájaras” en algunas marchas duras, mis primeros ataques “en los tramos libres” sintiéndome como si fuera un escapado en una carrera de las de la “Tele”, los amigos que iba haciendo, un nuevo mundo se abrió para mi, un estilo de vida.

A partir de ese año cada vez me fui planteando nuevos retos, nuevas metas.

Comencé a competir en el año 1996 y lo hice hasta el 2000 en la categoría de “aficionados”, hoy en día (Elite-Sub 23).

Probé como se me daba la competición, pero varias circunstancias impidieron que rindiera a un buen nivel.
Primero y la más importante es que yo NO poseo unas condiciones especiales, soy digamos normal, del montón, tengo unas condiciones como puede tener la mayor parte de la gente que se cuide, entrene y se sacrifique.
Segundo, empecé muy tarde en la competición, con 19 años con gente ya muy curtida en el campo “Amater”, en unos años en el que el ciclismo estaba en auge, había muchísimos chavales compitiendo desde pequeños, con un nivel increíble, tanto físico como en experiencia y ello hacia aun más difícil que pudiera ponerme a su altura.
Tercero, en Lugo (Mi ciudad natal), No había equipo de competición “Amater”, había para niños, éramos escasamente en aquellos años 20 ciclistas los que salíamos en bici por Lugo y solamente 2 o 3 íbamos a correr, nadie me enseño nada, ni a entrenar, ni como correr, ni como comer, descansar, etc.….
Iba a las carreras casi siempre solo o con otro amigo, sin nadie que nos diera agua en algún punto en carrera, por supuesto sin ningún coche que nos asistiera en carrera, etc.…

En nuestra ciudad o cercanías no había ninguna carrera, la mayor parte estaban lejos y los viajes eran pesados y largos, además de que yo por entonces no tenía coche y a las carreras “que podía” me llevaba mi pareja sentimental de entonces en su coche, cuando ella podía, por lo que a lo largo del año iba a menos de la mitad que el resto de corredores.

Hoy en día en Lugo tienen un buen equipo de competición amater, con buenos medios además, se hacen carreras en Lugo, incluso una vuelta por etapas, la verdad es que cuando voy a ver a mis padres se me cae la “BABA” de envidia con lo que ahora tienen los jóvenes allí.

Así que bajo estas circunstancias era difícil que hubiera podido rendir, solo si hubiera tenido un gran talento (el cual no era, ni es mi caso) podría haber rendido mejor, pero mi lucha siempre se centro en acabar las carreras (los que compiten saben lo difícil que ya solo eso es en el campo amater) y esto ultimo lo logre regularmente mis dos últimos años, 1998, 1999, aunque en las carreras más duras de perfil no lo lograba, bueno, ni yo, ni el 70% del pelotón que todo hay que decirlo.

Mi historia con la bici tiene un “Kit Kat” en el año 2001 que durara hasta 2005.
Ese año comienzo mi preparación en las oposiciones para “Policía Nacional” y decido volcarme totalmente en ello y en conseguir el segundo sueño de mi vida, teniendo que dejar de practicar el ciclismo por esos años, por razones de dedicación y desplazamientos laborales.

Siempre he reconocido que lo que me hubiera gustado ser el la vida es “Ciclista Profesional”, ese será para siempre mi sueño incumplido, pero también y lo digo con todo el “Orgullo” soy y me dedico a la segunda cosa que más me gusta hacer.

Veo a los ciclistas profesionales (tengo la fortuna de ser amigo de algunos) y veo la vida que llevan y siempre me digo, que envidia, como me gustaría estar donde están, uff lo que daría yo por estar en esa etapa, en esa carrera, subiendo por ese puerto, sprintando en esa llegada.

Veo a ciclistas con los que compartí pelotón en su día y hoy son grandes, Oscar Pereiro, Ezequiel Mosquera… y recuerdo las carreras que fui a su rueda, aquel puerto donde aguante en su grupo y me digo.. Uffff donde han llegado, quien me diera haber podido hacer lo mismo.
Hablo con mis amigos profesionales y me meto en su piel cuando me cuentan, me voy a tal sitio a entrenar, la semana que viene corro en tal país, haber si este año vuelvo o nos invitan a la Vuelta a España.

Me miro en ese espejo y veo una vida que hubiera elegido, pero que NO ERA PARA MI.

Muchos pensaran que soy “Un ciclista frustrado” o un “Amargado” y nada mas lejos de la realidad.
Miro hacia atrás en mi vida y veo quien he podido ser, pero sobre todo, veo quien soy y quien quiero ser hoy en día.
El futuro no lo se, como no lo sabia aquel lejano día de 1994 cuando pasaba por delante de un local en obras con mi mejor amigo.

Soy inmensamente feliz en mi vida y soy consciente de las razones por las que no pude ser lo que soñé, sobre todo soy realista con la mayor de todas ellas, NO TENIA, NI TENGO CONDICIONES O TALENTO para haberlo sido, conozco mis propias limitaciones y las acepto como lo que son, LIMITACIONES.

Por fortuna me dedico a la segunda cosa que me hace más feliz “al margen de las personas que quiero por supuesto” y cada día estoy más Orgulloso de lo que soy y a lo que me dedico.

Además tengo... corrijo... DEBO ser agradecido a la vida que poseo, pues puedo seguir practicando ciclismo, puedo competir y puedo seguir recorriendo carreteras rodeado de nuevos amigos y gente a la que aprecio como de la familia.

Hoy en día vivo en Marbella, desde el año 2005, año en el que un día cuando me vine a vivir aquí, entre en una tienda de bicicletas…

PERO ESA, YA ES OTRA HISTORIA……..